Design thinking: Pensar en grande para generar valor a tu negocio
El design thinking es un proceso iterativo que utiliza un conjunto de técnicas propias del diseño con el objetivo de crear productos y servicios de manera tecnológicamente factible y comercialmente viable a partir de la generación, desarrollo y prueba de ideas innovadoras.
Se basa en la generación de empatía, al entender los problemas, necesidades y deseos de los usuarios, así como el trabajo en equipo, ya que pone en valor el aporte de diversos colaboradores que participan del proceso. También, promueve el aspecto lúdico, es decir, de disfrutar del proceso en sí mismo, y promover la soltura necesaria para que el proceso sea efectivo.
¿Por qué usar design thinking en tu negocio?
Cada vez más organizaciones Business to Business (B2B) reconocen el valor del design thinking, y con frecuencia nuestros propios clientes, e incluso potenciales, nos preguntan sobre cómo implementar esta metodología en sus procesos internos en aras de comprender las necesidades de sus clientes y, por añadidura, aumentar sus ventas.
Algunos estudios evidencian que los equipos de trabajo que hacen uso del design thinking superan a aquellos que aplican otros enfoques de innovación, sobre todo en términos de relevancia y viabilidad, justamente porque pone al ser humano en el ojo del huracán, algo indispensable para cualquier negocio.
Existen varias técnicas para el design thinking. Una de ellas, quizá la más utilizada, es la SCAMPER, un acrónimo de Sustituir, Combinar, Adaptar, Modificar, Proponer otros usos, Eliminar y Reorganizar. Destaca también el Customer Journey, que si bien no es una técnica creativa, apela al viaje hecho por el consumidor en el ciclo de compra, lo cual permite obtener información sobre sus hábitos. Por último, figura el Mapa Mental, una técnica visual que logra estimular las conexiones neuronales dando lugar a ideas innovadoras y sorprendentes.
5 etapas del design thinking:
1. Empatizar: Se trata de entender el problema que el cliente necesita resolver. Esta fase suele comenzar por la investigación del usuario o consumidor.
2. Definir: Consiste en identificar y definir las necesidades y los desafíos a los que nos enfrentamos.
3. Generar ideas: Pensar fuera de la caja es crucial en esta etapa, con el fin de buscar formas alternativas de ver el problema e identificar soluciones innovadoras.
4. Realizar prototipos: Se comienzan a construir soluciones identificando la mejor solución para cada desafío. Debemos construir o diseñar versiones muy primitivas de lo que sería la solución final.
5. Llevar a cabo pruebas: En la que los evaluadores prueban y revisan rigurosamente los bocetos o soluciones propuestas. De ser necesario, se volverá a las etapas anteriores para realizar cambios y ajustes.
¿En qué otros procesos ayuda implementar el design thinking?
1. Permite profundizar y mejorar otras etapas de la estrategia de ventas. Ya que impulsa la innovación y creatividad, y da pie para generar ofertas de valor más relevantes para los clientes.
2. La dinámica digital actual facilita el feedback y el descubrimiento de insights. Gracias a las herramientas tecnológicas es posible conversar de forma directa con los clientes ya sea a través de formularios, campañas de e-mail marketing o redes sociales
3. Fomenta el trabajo en equipo. Involucra a personas de todos los roles en la creación de soluciones aumenta la motivación.
4. Optimiza los costos. Permite hacer implementaciones a bajo costo antes de tomar decisiones y hacer mayores inversiones.
Como pudiste ver a lo largo de esta nota, la metodología del design thinking te puede ayudar a idear soluciones efectivas a tus proyectos. Y como agencia de comunicación y marketing digital, en Isource Marketing estamos preparados para ayudarte. No dudes en contactarnos haciendo click aquí: https://isource.agency/#contact